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domingo, 22 de diciembre de 2013

Y VOLVEMOS A SER ESCLAVOS





Decía José de Martí “Un pueblo no es independiente cuando ha sacudido las cadenas de sus amos, empieza a serlo cuando se ha arrancado de su ser los vicios de la vencida esclavitud, y para patria y vivir nuevos, alza e informa conceptos de la vida radicalmente opuestos a la costumbre de servilismo pasado, a las memorias de debilidad y de lisonja que las dominaciones despóticas usan como elementos de dominio sobre los pueblos esclavos”.

Ahora bien, haciendo un análisis en las páginas de la historia en 1810, cabe recordar que el cura Don Miguel Hidalgo en la madrugada del 16 de septiembre de ese mismo año, incita junto con Ignacio Allende, Juan Aldama al pueblo de México para derrocar a la corona española que regía el dominio de la nación.

La independencia le sería útil a la Nueva España. Sin embargo, la distinción de razas y clases sociales seguiría presente cien años después con el gobierno encabezado por el General Porfirio Díaz; en una sociedad donde el hacendado abusaba de sus trabajadores, en donde el que tenía dinero tenía derecho de usar las mejores ropas, los mejores lujos de la sociedad en la que permeaba el despotismo y abuso del poder.

El descontento que vivía la sociedad mexicana se permeaba día con día al no tener derechos civiles nacionales al frente de los empresarios extranjeros. Miles de injusticias seguían siendo cometidas al pueblo mexicano; sin olvidar la exigencia de los obreros por mejores derechos laborales, sumándole a todo esto la falta de honradez de Porfirio Díaz de no querer dejar el poder.

Desde aquí “La sociedad mexicana se cansó de ello y haría frente a todo ello”. Sin embargo, en pleno siglo XXI volvemos a ser esclavos tras la imposición de presidentes avaros de ambición como Salinas de Gortari, Calderón y ahora Enrique Peña Nieto, junto con un Congreso al que no le basta el aprobar reformas estructurales, en donde el actual presidente promulga una reforma energética que aparenta fortalecer el ahorro de largo plazo a través de la creación del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, en beneficio de las generaciones futuras.

El combatir la corrupción en el sector energético, la reducción del pago en los recibos de luz y mil cosas más que se quedan en demagogia por parte de los Senadores, Diputados, quienes no tienen que vivir al día como varios mexicanos que se encuentran en la nación; y en donde ahora, el que menos tiene tendrá que pagar más impuesto que el que realmente tiene.

Mientras la nación siga adormecida por los programas de televisión en la nos muestran a la mujer como un símbolo sexual, en donde las telenovelas predican de la famosa “unión familiar”, en las que es normal que el padre golpee a la hija a la madre y presuma a su amante, en el que un partido de futbol vale más junto con la final de la “Academia Kids, La Voz México, La Rosa de Guadalupe”, como si realmente toda esta clase de programas resolvieran las problemáticas de nuestro país.

Acaso no habrá situación alguna en la que la sociedad se dé cuenta que lo que tiene realmente que hacer, es resolver las verdaderas situaciones que le competen y no prestar atención a distractores mediáticos que enmudecen a la nación haciéndola sorda, y carente de responsabilidad.

Si los mexicanos y el gobierno actuaran como debieran, sin duda alguna México sería otro. Este país sería un país culto, con mexicanos que no se vieran en la triste necesidad de emigrar a un país que con basta de artimañas políticas, se robó más de la mitad de nuestro territorio mexicano, al que la mano de obra de los mexicanos les resulta a los norteamericanos sumamente barata.

¿Por qué no se esclarecen los asesinatos y desapariciones de las “Muertas de Juárez”, las redes de prostitución en las que está implicado el gobierno y varios políticos más, en donde los medios masivos de comunicación son manipulados al igual que la información y de aquel periodista que se atreve a decir la verdad, es privado de la libertad e incluso de la vida?

Vivimos tiempos difíciles en los que la niñez peligra ante la llegada de nuevas drogas, en las redes de prostitución y explotación infantil; y la juventud vive sin oportunidades ni espacios en las diferentes escuelas y universidades públicas y los que tienen la oportunidad de estudiar, simplemente no valoran y presumen de su posición económica. Mientras que los hijos de diversos políticos se dan el lujo de publicar en sus redes sociales, fotografías de sus grandes viajes solventados gracias al erario público mientras otros, carecen del sentido humano de reconocer el trabajo del proletariado, y al contrario publican cosas inolvidables como: “un saludo a toda la bola de pendejos, que forman parte de la prole y sólo critican a ¡¡quien envidian!!”, mostrando su falta de respeto y cultura.

¡Felicidades México! Porque volvemos a ser esclavos de nuevo, esclavos de la demagogia, de la ambición de los políticos pero, sobre todo esclavos de uno mismo por la falta de interés que nos corresponde desempeñar en esta sociedad. Mientras no queramos madurar como nación y sociedad, este México no cambiará porque como decía Tácito “Cuánto más corrupto es el estado, más leyes tendrá”, y es lo que se le seguirá viniendo a nuestro país de si no decidimos despertar.