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viernes, 28 de septiembre de 2012

El verano se va y llega el otoño en su lugar.

Un día de sol espléndido, el verano se marcho y con ello los colores dorados comienzan a pintar las hojas de los árboles, y esos colores marrón hacen aparición. Fui camino al zócalo de la ciudad, estaba habitado por profesores, tal vez debido a que, una marcha como ya no es novedad en está ciudad se hacia notar.

Así me sente en uno de aquellos tantos cafés que hay en este lugar, con gente sentada charlando de vivencias de la vida diaria, visualizaba por un instante un viento frío de otoño mientras bebia una taza de café, y con ello trataba de sentir la sensación de envolverme en un mar de hojas secas doradas, aquellas que se vuelven imponentes ante mí y junto con ello las que gobernaron mi paisaje imaginario.

Ese viento con hojas marrón y dorado eran una especie de eternidad. Cuando yo era niña las hojas caían yo las recogía para lanzarlas arriba y calleran sobre de mí, ahora estas eran testigo de la historia, testigo tal vez inútil porque no saben nada de mi nueva historia esa que comencé por escribir ahora y que junto con ello deja al descubierto parte de mis pensamientos.

Sí, mis pensamientos tan volátiles como ese viento que me avisa el verano término y es tiempo del otoño éste que es tan benevoló, y a la vez radiante. Hoy después de hace 4 meses, estuve sola en el café, bebia de él. Estaba sola sentada en una mesa. Eso qué importa. Lo que importa es que estaba sola y me importaba la ausencia del verano y el comienzo del otoño, y con ello mi nueva etapa de estudiante universitaria.

A partir del 3 de septiembre del 2012, deje atrás esa vida del ser ama de casa por 24 hras, no llevaré más ese cargo por el momento. El mundo ha perdido su interés. Y yo he perdido el interés de ser ama de casa, tengo mucho que escribir y compartir como cada estación del año.

Hay mucho que debo compartir. Dios había sido mi más importante amigo en los últimos días y hasta ahora. Pero no quiero hablar más de ello, hoy quizé estar sola para decir el verano se marcho y el otoño pinta ya de dorado los campos, y el comienzo de grandes proyectos.

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